Ya han pasado 34 años del fatídico 11 de septiembre de 1973, año en que se truncó el proceso de reformas llevado a cabo por los movimientos organizados de explotados y marginados; de estudiantes, campesinos, cesantes, pobladores y trabajadores, agrupados en torno a los cordones industriales, la CUT, los partidos de la unidad popular y aquellos que la apoyaban, además de las organizaciones políticas y sociales.
Han sido muchos años de marginación, de miedo, de dolor. Años en los cuales los movimientos sociales casi se desintegraron, donde las demandas políticas y sociales fueron olvidadas ante el terror del fantasma del fascismo que amenazaba con volver.
Hoy los políticos de los ricos, los Piñeras, los Lagos, los Novoa, las Alvear, los Longueira, y las Bachelet nos quieren hacer creer que la movilización en las calles es contraria a una sana democracia, que la perjudica, la deteriora… Tienen razón. La movilización del pueblo activa, responsable y organizada destruye la democracia de los defensores del neoliberalismo, destruye la democracia de los patrones que es tan solo una mentira.
Ellos nos quieren hacer creer que la democracia es un votito cada 4 años, y nada más, esa es su democracia, tal como su sociedad: Margina, reprime, explota y busca dominar las conciencias de las personas. Esa democracia nada bueno le entrega, ni le entregará al pueblo, a los jóvenes, las mujeres, los pobladores y las trabajadoras.Es necesario avanzar en una democracia desde abajo, desde las poblaciones y las villas, desde los sindicatos y colectivos, desde las juntas de vecinos, talleres y preus populares, es necesario cultivar la semilla de un nuevo poder, un poder desde abajo que permita terminar con esta sociedad de la mentira, la represión y explotación.
Poco a poco este camino se llena de nuevos puños que se alzan por una vida digna, el gigante popular ha comenzado a andar, se ha parado y nadie lo detendrá.
Serán muchos quienes traten de criminalizar las protestas, tratarán de confundir igualando a luchadores sociales con delincuentes, y traficantes. Generarán montajes para incubar el miedo en la población, pues saben que si el pueblo se organiza el miedo se acaba y el triunfo se acerca cada vez más.
Hoy debemos levantar con fuerza la movilización como lo han hecho los pingüinos, los trabajadores forestales, del cobre, los pobladores, pescadores artesanales, etc. Esos son síntomas de un pueblo que despierta cansado de esperar el milagro que este sistema fracasado supuestamente lograría en las vidas de los humildes de Chile.Desde los liceos, villas y poblaciones de Ñuñoa llamamos a los vecinos y vecinas a seguir en el camino de la unidad en la lucha, y a avanzar en las demandas sociales como son la lucha contra las alzas, por viviendas dignas para todos, cultura para todos, y trabajo digno.
A cuarenta años de la muerte en combate del compañero Che Guevara, y a cien de la matanza de los trabajadores en la escuela santa maría de Iquique seguimos luchando por una vida digna.
Juventudes Comunistas de Chile, Comunal Ñuñoa.
12 septiembre de 2007.
Han sido muchos años de marginación, de miedo, de dolor. Años en los cuales los movimientos sociales casi se desintegraron, donde las demandas políticas y sociales fueron olvidadas ante el terror del fantasma del fascismo que amenazaba con volver.
Hoy los políticos de los ricos, los Piñeras, los Lagos, los Novoa, las Alvear, los Longueira, y las Bachelet nos quieren hacer creer que la movilización en las calles es contraria a una sana democracia, que la perjudica, la deteriora… Tienen razón. La movilización del pueblo activa, responsable y organizada destruye la democracia de los defensores del neoliberalismo, destruye la democracia de los patrones que es tan solo una mentira.
Ellos nos quieren hacer creer que la democracia es un votito cada 4 años, y nada más, esa es su democracia, tal como su sociedad: Margina, reprime, explota y busca dominar las conciencias de las personas. Esa democracia nada bueno le entrega, ni le entregará al pueblo, a los jóvenes, las mujeres, los pobladores y las trabajadoras.Es necesario avanzar en una democracia desde abajo, desde las poblaciones y las villas, desde los sindicatos y colectivos, desde las juntas de vecinos, talleres y preus populares, es necesario cultivar la semilla de un nuevo poder, un poder desde abajo que permita terminar con esta sociedad de la mentira, la represión y explotación.
Poco a poco este camino se llena de nuevos puños que se alzan por una vida digna, el gigante popular ha comenzado a andar, se ha parado y nadie lo detendrá.
Serán muchos quienes traten de criminalizar las protestas, tratarán de confundir igualando a luchadores sociales con delincuentes, y traficantes. Generarán montajes para incubar el miedo en la población, pues saben que si el pueblo se organiza el miedo se acaba y el triunfo se acerca cada vez más.
Hoy debemos levantar con fuerza la movilización como lo han hecho los pingüinos, los trabajadores forestales, del cobre, los pobladores, pescadores artesanales, etc. Esos son síntomas de un pueblo que despierta cansado de esperar el milagro que este sistema fracasado supuestamente lograría en las vidas de los humildes de Chile.Desde los liceos, villas y poblaciones de Ñuñoa llamamos a los vecinos y vecinas a seguir en el camino de la unidad en la lucha, y a avanzar en las demandas sociales como son la lucha contra las alzas, por viviendas dignas para todos, cultura para todos, y trabajo digno.
A cuarenta años de la muerte en combate del compañero Che Guevara, y a cien de la matanza de los trabajadores en la escuela santa maría de Iquique seguimos luchando por una vida digna.
Juventudes Comunistas de Chile, Comunal Ñuñoa.
12 septiembre de 2007.
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